El romanesco, además de ser precioso, es una auténtica joya para la salud, con multitud de propiedades y beneficios para el organismo en general. Perteneciente a la familia de las crucíferas o brasicáceas, junto a coles, brécol, coliflor, nabos, rábanos o berros, no se trata de un híbrido entre coliflor y brócoli, sino una variedad verde de coliflor. La col romanesco está en los mercados de septiembre a abril y a pesar de que en España se cultiva el 30% de su producción mundial, en Andalucía, no es tan popular como el brócoli o la coliflor.
Se le atribuye la propiedad de reducir el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer (tumores de pulmón, de mama, vejiga, próstata o aparato digestivo, como estómago, colon y recto) por su riqueza en glucosinolatos e isotiocianatos, unos compuestos con un alto potencial antioxidante.
Capaz de eliminar la bacteria Helicobacter pylori responsable de úlceras gástricas y cáncer de estómago; combate la úlcera gastroduodenal y la gastritis. También es muy diurética, consumir romanesco puede también beneficiar a los riñones debido a su efecto depurativo de toxinas. Según los primeros resultados de un estudio sobre diversos aspectos de la memoria, parece ser que el consumo regular de verduras de la familia de la col podría ayudar en la lucha contra la pérdida de facultades mentales asociada a ciertas enfermedades degenerativas.
También tiene un aporte considerable de betacaroteno, ácido fólico, vitamina B6 y vitamina K. Por su extraordinario aporte en vitamina C, el romanesco y el brócoli son unas de las verduras más indicadas en invierno, para combatir los temidos catarros y gripes invernales. Son especialmente ricos en potasio y fósforo. Por su alto contenido en hierro, es muy recomendable para personas con anemia. Es un buen aliado contra el estreñimiento, gracias a su contenido en fibra y reduce la tasa de colesterol.
También tiene un aporte considerable de betacaroteno, ácido fólico, vitamina B6 y vitamina K. Por su extraordinario aporte en vitamina C, el romanesco y el brócoli son unas de las verduras más indicadas en invierno, para combatir los temidos catarros y gripes invernales. Son especialmente ricos en potasio y fósforo. Por su alto contenido en hierro, es muy recomendable para personas con anemia. Es un buen aliado contra el estreñimiento, gracias a su contenido en fibra y reduce la tasa de colesterol.
Contiene sulforafano (al igual que otras verduras de la familia de la col), considerado como anticancerígeno. Por otro lado, unos recientes estudios lo indican también en la prevención de lesiones del cartílago. Ayuda a controlar la presión arterial alta y previene la osteoporosis, además de mejorar los índices de glucemia en diabéticos.
Indicado especialmente para las embarazadas, ya que aporta altos niveles de ácido fólico y contribuye a prevenir malformaciones en el feto.


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