CONTROL DEL PICUDO ROJO

El picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus) es una especie de coleóptero originario del sudeste del Asia tropical. Tiene un gran gran tamaño, entre dos y cinco centímetros. Su aspecto y su color rojizo lo hacen prácticamente inconfundible.
Aunque antes de esta fecha era en un auténtico desconocido, desde principios del año 2000 (fecha aproximada en la que aparecieron los primeros contagios en Andalucía), este escarabajo infecta a las palmeras hospedantes desde su interior, pudiendo vivir en ella varias generaciones del mismo insecto, que dicho sea de paso y si no se controla con el tratamiento adecuado, no para de devorar la planta hasta acabar totalmente con ella. La larva va perforando galerías de más de un metro de longitud, permaneciendo en su interior mientras se alimenta. Es por eso que muchas veces, cuando nos damos cuenta, la palmera está ya gravemente afectada.
En nuestra zona, las especies más afectadas son las datileras y las canarias (las palmeras del Paseo Fariñas son un claro ejemplo de como se debe tratar la enfermedad). Cuando la palmera se ve afectada por la plaga, sufren amarilleamiento y marchitamiento, pudiendo llegar a producirse la muerte del pie afectado. El control de esta plaga es complicado, es por eso que cuando un propietario tanto público o privado, observa alguno de estos síntomas debe comunicarlo a la Administración competente de cada ciudad. Cuando se ratifica que la palmera está infectada por el picudo, se procede a su destrucción y a partir de ahí, se intenta proteger a las especies que están alrededor, con el tratamiento individual de cada palmera. Parece que el metodo con más garantía de éxito es una combinación foliar con insecticida microencapsulados con la aplicación de inyecciones insecticidas al tronco. Se deberán aplicar tratamientos fitosanitarios con materias activas autorizadas cada 60 días, siempre en función de la época del año.
Si una cosa tenemos que tener clara, es que en todos los casos, los daños ocasionados por el ataque del picudo rojo, conducen a la muerte de la palmera afectada si no se realiza ningún tipo de tratamiento o control.